jueves, 19 de noviembre de 2015

momentos

Hay momentos y lugares que me marcaron tanto tanto, que me gustaría atesorarlos para siempre. O poder sacar una foto a la imagen que tengo en mi recuerdo, imprimirla, y guardarla en una cajita de cristal. Quizá las fotos sean eso, un intento de robarle algo al paso del tiempo. Acá va una lista, espero agregar muchos más: 


# Las calles del Obelisco y sus alrededores
.  “Como me gusta patear la vida con vos”, fue la frase que le dije a Tomi. Ese día fuimos a comer a La Continental, y despúes caminamos un largo rato de la noche, sin rumbo, por ahí. Ese día me di cuenta cuánto lo quería. Hacía mucho tiempo no lo veía, hablamos de todo, de todos, y me abrazó mucho. Que lindos, que importantes, y que significativos son los pequeños detalles. 


# “-¿ A quién ama usted?

-A usted, ¿y usted?

-A usted.”

Frase graba en mi memoria y en mi corazón para siempre. La usábamos con mi hermana Gi cuando éramos más chicas, ella siempre me preguntaba y yo le respondía. Si no lo hacía siempre igual, se enojaba. Ella es una de las personas más importantes. Quizá sea por esta frase, no lo sé. Siempre, siempre está. Llamada, mensaje, descargo, y está del otro lado, siempre dispuesta para mí, a pesar de todo. Es quien me enseñó y me enseña todo. Todo.


# Los mates de la abuela Carmen y el Lelo. Charlas, filosofías de vida, retos, risas, discusiones con los abuelos. No sé si tenga mucho para hablar sobre ellos, están tan, tan dentro mío que no puedo expresar en palabras lo que siento por ellos. 


# Las noches en Hawaiian Love. Este barcito es lo que muchos dirán “de mala muerte”: chiquito, de barrio, decorado como si fuera “Hawaii” (lucecitas de colores, olor a palo santo, muñequitos de paja por doquier), poco conocido, con jueguitos al estilo PacMan y Mario Bros, música vieja, siempre la misma gente. Y a mí me encanta. Desde que lo conocí no quiero ir a ningún lugar más. Fui por mi amiga Agos, y es un lugar al que siempre quiero volver. Para tomar una cerveza con amigos, para bailar un buen rato como yo quiera sin sentir que me miran con mala cara, para reírme hasta que me duela la panza. No pude haber elegido mejor lugar para festejar mis 19 años. Me encanta.


#El patio de la casa de mi hermana Gi. De este lugar elijo especialmente el día del bautismo de mi sobrina Emilia. Mi hermana alquiló un inflable, del cuál Mateo y yo no nos bajamos un segundo. Ese día fue como un reencuentro conmigo misma. Volver a las raíces, a la ingenuidad, a la diversión, que muchas veces queda perdida por ahí. Y con mi ahijado, quien saca la mejor versión de Mí. Fue un momento muy muy feliz. 


# La charla que presencié de Aniko Villalba en “La Vinoteca”. Caí bastante de colada con mi mamá. No había averiguado mucho sobre como era la charla, solamente ví que estaba ella y fui. Resulta que era con una empresa de turismo “A rolar viajes”. Situación: 25 personas entre 40-60 años, de un nivel ecónomico bastante alto, sentados en sillones, degustando vinos, arreglando futuros viajes con la empresa. En contraste: mi mamá, un par de hipponas y yo, sentadas en el piso, esperando que pase la parte aburrida de los tours y hoteles 5 estrellas para que empiece a hablar Aniko. Fue increíble, el impulso que necesitaba para querer salir a descubrir, explorar, valorar todo lo que hay allá afuera. 


# El día que conocí a la tribu Guaraní, en Misiones. A pesar de que es una tribu bastante “urbanizada”, me abrieron mucho el sentir. Por el simple hecho de que se puede, se puede vivir de otra forma a la que uno conoce, a la que la sociedad te intenta imponer. Se puede vivir. Pero vivir de verdad. Libres. Libertad.


# La lluvia. Todos los que me conocen saben que la amo. Pero la amo un poco más desde el día que, hace poco, fui a comprar al supermercado. Y llovía. Y me amigué con la lluvia, corrí, me reí como tonta, salté charquitos. La extrañaba. Tan libre y fresca me hace sentir. 


# Parque Centenario con Tomás. Otra vez Tomás. Me parece que la vida está llena de reencuentros; éste momento lo considero uno de ellos. Idas y vueltas, tristezas, enojos, celos, peleas. Volvimos a lo que eramos, a lo que siempre fuimos. Compañeros. Que felicidad verlo tan feliz. Que afortunada soy de tenerlo. Ojalá pudiera verse a sí mismo de la forma en que lo veo (y siento) yo.

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