martes, 12 de enero de 2016

Salve el Río Carioca.

Río me pareció una ciudad llena de vida, en todos los sentidos. A niv
Fotos al azar
Brunita y Male

el historia es una ciudad con carnavales, museos y monumentos históricos, en cada lugar uno puede encontrar un pedacito de historia (y también una rivalidad histórica con Sao Pablo por sus respectivos carnavales, dicen).
Por su cultura, pude ver, lógicamente, muchos detalles de Portugal. Muchos colores (hasta en las ventanas de las casas), mucho amarillo, muchas iglesias con una arquitectura muy atractiva (nunca pensé ver tanto iglesias juntas, lo juro).
Si hablamos de vida diurna, se tiene de todo para hacer. Desde pasear por el bosque, hacer trekking a una catarata, pasarte el día en la playa o recorriendo un shopping.
La floresta. 
Ni hablar de las fiestas y de la vida nocturna. Todos los días, en todos lados hay fiesta  (y con mucha buena onda). Pasando por fiestas con zamba en vivo dentro de las favelas, boliches de heavy metal, fiestas de hip hop y funky en callejones, hasta karaokes en bares y las calles de pubs eternas en Lapa.
La vista desde el departamento de Bruna.
Río me sorprendió mucho (para bien), me fui pensando en su contraste de ser una ciudad que tiene casi más verde que edificios en sus paisajes, con construcciones muy nuevas y algunas otras muy antiguas, quizá con alguna favela al lado. Me llevo su vida callejera,  todos los encuentros y contactos posibles suceden en la calle. Sus murales que,  además de ser coloridos, expresan ideas y sentimientos de su gente a través de frases “Las mejores maravillas no están a la vista”, “Lo mejor para evitar la obesidad infantil es estar presente en la vida de su hijo”, “¿Qué le estamos haciendo a nuestras mujeres?”, “Salve el río carioca”, “Use camisina”..

Me fui de Río, feliz de haberlo recorrido como una local, como me gusta a mí, tomando buses para todos lados, conociendo lo que está más escondido, pero no por eso menos sorprendente.

Me voy pero quiero volver, para visitar otra vez sus colores, sus iglesias, su escaleras en Lapa, sus atardeceres, y su buena vibra. Río, me dejaste con ganas de más. Gracias. 

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